Este verano estoy viviendo el calor de una forma muy distinta… no es que lo lleve mal, ¡es que simplemente no lo soporto! 😅 Mientras trabajo en la nueva colección de otoño-invierno, el taller se convierte en un horno y yo siento que literalmente me derrito entre pinceles, telas y ventiladores.
En medio de este ambiente aparece una de mis piezas favoritas: una túnica de seda en shibori, en tonos crudo y arena. Es menos amplia que otras de mis creaciones, lo que la hace muy cómoda, fresca y perfecta para quienes buscan una prenda ligera pero con carácter. La seda pintada a mano con la técnica shibori aporta esa textura única que convierte cada túnica en una pieza irrepetible.
El shibori en seda natural es una de mis técnicas preferidas porque siempre sorprende: los pliegues, los degradados y los matices crean un efecto orgánico que recuerda al movimiento del agua y de la arena. Y en este caso, los tonos neutros la hacen combinable con cualquier estilo, desde el más casual hasta uno más elegante.
Así, mientras yo me derrito entre pinceladas y calor, esta túnica se convierte en mi salvación: fresca, artesanal y con toda la esencia de la moda hecha a mano.
¿Por qué elegir una túnica de seda pintada a mano?
Porque cada pieza es única e irrepetible.
Porque la seda natural es fresca, ligera y elegante.
Porque el shibori artesanal aporta personalidad y movimiento a la prenda.
Porque es una prenda versátil: puedes llevarla de día o de noche, en verano o en entretiempo.
Si buscas moda sostenible, con identidad y hecha con amor, esta túnica es el mejor ejemplo de lo que significa el slow fashion.
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