Detrás de cada una de mis prendas hay un proceso largo, técnico y completamente artesanal. Durante los meses de julio y agosto me dedico en profundidad al trabajo de lana merino enfieltrada, comenzando siempre por hebras sueltas que voy transformando en tejido. A partir de estas fibras creo el dibujo, la textura y la estructura de cada pieza, combinando técnica, paciencia y mucho trabajo manual.
El enfieltrado es un proceso que requiere tiempo: hay que frotar, compactar, lavar y planchar para controlar el encogimiento natural de la lana antes de pasar a la siguiente fase. Después llega el momento de cortar, coser, ajustar y probar cada patrón, tanto antes como después de cada modificación, para asegurar que la prenda final tenga la forma, la caída y la estética que busco.
Es un trabajo intenso, pero el resultado siempre me enamora. Cada prenda es única y cuenta con ese acabado especial que solo da la artesanía.
Si te apetece descubrir estas piezas en persona, estaré en el stand 29 del Paseo de Recoletos hasta el día 30, donde podrás ver de cerca el proceso y la colección completa o en ...
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