¿De dónde nace la inspiración para una colección artesanal? En mi caso, siempre de la naturaleza y de los lugares que me permiten parar, observar y volver a conectar con lo esencial. Esta vez, fueron unos días de descanso en Los Loros, una aldea preciosa en plena naturaleza, los que encendieron la chispa creativa para una nueva serie de abanicos de seda pintados a mano.
El entorno es tan bello y sereno que es imposible no dejarse llevar. Las montañas, el color del cielo, los reflejos del agua y los atardeceres intensos se colaron en mis bocetos casi sin darme cuenta. De ahí nacieron los abanicos en tonos azules con reflejos plateados, como los amaneceres frescos en la sierra, y ese otro, lleno de tonos naranjas y rojizos, que captura el instante mágico del sol escondiéndose tras el monte.
Cada abanico está pintado a mano sobre seda natural y montado en madera de peral, uniendo tradición, diseño único y artesanía de autor. No hay dos iguales, porque cada pincelada es libre y está hecha con el recuerdo de esos momentos vividos.
Las casas rurales de @tancampantes, donde nos alojamos, son un verdadero refugio. Cálidas, acogedoras y rodeadas de un paisaje que inspira desde que te despiertas hasta la última estrella. No es la primera vez que vamos, y seguro no será la última. Volveremos, porque ahí es donde nace la calma… y también la creatividad.
Si buscas un abanico único, con historia y lleno de emoción, echa un vistazo a la colección disponible en la tienda online. Cada pieza es una pequeña obra de arte, con alma de montaña y corazón de seda.
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