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En el mundo de la moda artesanal, cada pieza cuenta una historia… ¡y a veces también te roba horas de sueño! Justo ayer, en plena jornada en el stand 21 del Paseo de Recoletos, vendí un fular rosa empolvado pintado a mano, uno de esos que enamoran a primera vista. Y como pasa con las buenas historias, no pasó ni media hora cuando alguien me pidió ese mismo fular, a juego con su túnica.
La túnica seguía ahí, esperándola.
El fular… ya tenía nueva dueña.
¿Solución? Trabajo nocturno, pincel en mano y todo el cariño del mundo para que el domingo su conjunto esté completo.
Esto es parte del día a día cuando se trabaja con diseños únicos, hechos a mano. Cada pieza es irrepetible, y cuando algo se va, se va. Pero por suerte, ¡también se puede volver a crear!
Aprovecho para lanzar un aviso importante:
Si tienes un encargo de Semana Santa, está listo, pagado y esperándote con nombre y apellido. Os he enviado mensajes, pero aún no he recibido respuesta. No dejéis vuestras piezas abandonadas… ¡que sufren! 😅
📍 Me encuentras hasta el 15 de junio en el stand 21 del Paseo de Recoletos, con mis fulares de seda pintados a mano, túnicas artesanales, y muchas otras sorpresas.
Venid a conocer las nuevas creaciones, a recoger vuestros encargos… o simplemente a saludar. ¡Os espero!
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