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Un sábado de montaje en la feria de artesanía del Paseo de Recoletos:
entre luces, abanicos y una
persiana rebelde
Como artesana, cada feria es una nueva aventura. Hoy quiero contarte cómo fue mi sábado durante el montaje en la feria de artesanía del Paseo de Recoletos, donde estoy presentando mi nueva colección de piezas textiles y complementos hechos a mano.
El sábado comenzó temprano. Con toda la ilusión, cargué el coche y puse rumbo al Paseo de Recoletos para el montaje del stand. Nada más llegar, tocó descargar cajas, colocar luces, colgar abanicos pintados a mano, montar la mesa, los estantes y crear ese pequeño universo que refleja mi trabajo artesanal.
Mary Flor, mi maniquí favorita, fue una de las primeras en vestirse con una de mis prendas estrella. El perchero quedó bien colocado, la ropa organizada y, por una vez, ¡terminé pronto! A las 14:30 todo estaba listo.
Cuando todo parece ir bien... ¡sorpresa!
Justo cuando me disponía a marcharme, la persiana no funcionaba. ¿Qué más podía pasar? Vinieron a revisarla y resulta que algunas lamas se habían salido. Tocó desmontar parte de la persiana, mover mi mesa recién montada, ir y venir… y yo, con el corazón en un puño, tuve que dejarles allí intentando solucionarlo.
El susto del domingo
Al día siguiente, al abrir el puesto, me encontré todo cambiado. Tuve que volver a colocar la mesa, el perchero, el espejo… y entonces la vi: Mary Flor, desde su lugar, seguía ahí divina, como si me dijera: “Vamos, que tú puedes.”
Gracias por estar ahí
Quiero agradecer de corazón a todas las personas que me ayudaron a pasar el susto, a recomponer el espacio y seguir adelante con una sonrisa. Detrás de cada feria hay mucho trabajo, imprevistos y también mucha pasión por lo que hacemos.
Si pasas por el Paseo de Recoletos estos días, te espero en mi stand 21 con piezas únicas, hechas a mano, con historia y alma.
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